Caracas (PL) Encontrar dónde radica la verdad y la razón en Venezuela es un dolor de cabeza para el que se encuentra en el exterior y es bombardeado sistemáticamente con una gran dosis de desinformación.
En pleno Siglo XXI, cuando las tecnologías de la información tocan la puerta en cualquier rincón del mundo, los grandes poderes mediáticos se las ingenian para ocultarles a las grandes mayorías la realidad, en este caso, la víctima, Venezuela y la mayoría de su pueblo es el villano.
Un botón de muestra. Los grandes poderes dicen que el presidente Nicolás Maduro, dio un golpe de Estado, se autogolpeó.
Según analistas, el golpe de Estado en Venezuela no lo dio Maduro, sino que lo viene dando la nueva Asamblea Nacional desde su instalación el 5 de enero del 2016, cuando su presidente, Henry Ramos Allup, afirmó que en seis meses sacaría del gobierno al mandatario.
Recientemente la economista y académica venezolana Pasqualina Curcio, abordó de forma muy peculiar la situación que vive esta nación latinoamericana, mirando las cosas «al revés». He aquí algunos de los 22 aspectos de la realidad, vistos de forma invertida: Entre 1958 y 1998, en 40 años, se realizaron 24 procesos electorales, un promedio de una elección cada 2 años. Después de 1999, en 18 años, se han realizado 25 comicios, incluyendo referendos revocatorios y constitucionales, en promedio casi dos elecciones anuales.
Ha habido 3 elecciones los últimos 4 años, desde 2013. Según los factores que actualmente hacen oposición al gobierno nacional, a partir de 1999 los venezolanos han estado sometidos a un régimen dictatorial, cada vez más tirano, sobre todo después de 2013. De las más de mil emisoras de radio y televisión a las que el gobierno les ha otorgado permisos para operar en el espectro electromagnético, el 67 por ciento son privadas, 28 por ciento están en manos de las comunidades y el 5 por ciento son de propiedad estatal.
De los 108 diarios que hay, 97 son privados y 11 públicos. El 67 por ciento de la población venezolana tiene acceso a internet. Según los factores políticos que hacen oposición al gobierno nacional, en Venezuela no hay libertad de expresión.
El presidente de la República, en pleno ejercicio de sus funciones, en el marco del período presidencial de seis años, ante actos de violencia de parte de factores locales, que buscan la desestabilización económica, social y política, ha convocado a un diálogo por la paz a los sectores de la oposición.
La oposición no acude al llamado; prefiere promover actos de violencia en las calles. El presidente es un tirano y dictador, los demócratas son los de la oposición.
Todas las organizaciones políticas (los partidos) se encuentran en un proceso de renovación. Convocatoria realizada por uno de los cinco poderes públicos, el Consejo Nacional Electoral. Todos han acudido al llamado de renovación.
Están en puerta las elecciones regionales y municipales. Mientras tanto, dirigentes y seguidores de los factores locales de oposición, vociferan: ÂíEstamos en una dictadura!
En Venezuela se están violando todos los derechos humanos; hay que aplicarle la Carta Democrática Interamericana. Es lo que afirmaba en Washington Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos.
Simultáneamente, en Ginebra, la Organización de Naciones Unidas aprobaba de manera abrumadora el Examen Periódico Universal presentado por Venezuela. Examen que tiene como objeto supervisar la situación de derechos humanos en cada uno de los 193 países miembros de esta organización.
La ultraderecha, que hace oposición al gobierno nacional, financia y promueve acciones de violencia y terrorismo: bloquea calles, avenidas y principales arterias viales; atenta contra escuelas y establecimientos de salud; en un acto fascista, terrorista y demencial se valen de mercenarios para asediar e incendiar el Hospital Materno Infantil «Hugo Chávez Frías» de El Valle, en el que hubo que evacuar a 58 neonatos y parturientas asfixiados por el humo. Según estos factores políticos de oposición, la responsabilidad es del gobierno nacional por controlar la situación, dispersar a los mercenarios y por evacuar a los niños y mujeres.
Hay escasez de algunos alimentos, medicamentos y productos de higiene. Las empresas encargadas de su producción, importación y distribución, las grandes transnacionales, han recibido, de parte del gobierno nacional, las divisas a tasa preferencial; han recibido la materia prima a precio subsidiado; pero se les ha incrementado el precio a los productos en casi 4.000 por ciento en menos de un año (2016).
El pueblo venezolano hace largas colas para adquirir estos productos. Los bienes siguen sin aparecer en los anaqueles. En Venezuela esto no es ineficiencia de la empresa privada, es un fracaso del modelo socialista.
A pesar de que aumentó su precio 3.700 por ciento (pasó de 19 bolívares en marzo de 2016 a 700 bolívares en diciembre), cifra muy superior a la inflación anual, cientos de clientes hacen largas colas para adquirir la harina precocida de maíz para la arepa (el Pan de los venezolanos).
Los dueños de las empresas, al ver a todos sus clientes haciendo largas colas para adquirir su marca, respondieron disminuyendo 80 por ciento la producción de la harina.
Se escucha en los programas de opinión de las radios, sobre todo aquellas con una línea editorial manifiestamente contraria al gobierno nacional: «Estamos en la peor crisis económica, requerimos ayuda humanitaria, nos estamos muriendo de hambre, no hay comida, exigimos que se abra el canal humanitario». Luego se escucha: «Y ahora publicidad… los invitamos a visitar el Restaurant ‘Xâ€Ö, allí podrán degustar variedades en carnes y pescados, postres exquisitos, ubicado en la calle tal; lleve a toda su familia este fin de semana»…
«Querido amigo, querida amiga, ¿se va de vacaciones esta Semana Santa?, no deje de pasar por el supermercado ‘Yâ€Ö, allí encontrará todo lo que busca, variedad y frescura a buenos precios para disfrutar de unas excelentes vacaciones y descansar como usted lo merece».
Final de la publicidad: «Regresamos con nuestro invitado de hoy, experto en economía, y seguimos conversando acerca de la necesidad urgente de abrir el canal humanitario en Venezuela por la falta de alimentos».
La principal empresa del Estado venezolano, Petróleos de Venezuela, provee el 95 por ciento de las divisas del país; el otro cuatro por ciento corresponde a otras empresas del Estado. Las empresas privadas generan el uno por ciento restante. En Venezuela, las empresas privadas son eficientes y exitosas, las del Estado son ineficientes.
La producción nacional per cápita en Venezuela los últimos cuatro años es, en promedio, nueve por ciento mayor a la de los últimos 30 años. La tasa de desocupación, la históricamente más baja en 30 años, 6,6 por ciento. Venezuela está en la peor crisis y caos económicos.
Las principales industrias del sector farmacéutico, las que importan, producen y distribuyen más del 90 por ciento de los medicamentos y material médico quirúrgico en Venezuela, recibieron de parte del gobierno nacional y a tasa preferencial mil 660 millones de dólares en 2008 para importar los bienes.
En 2015 recibieron mil 789 millones (más que en el 2008). En el 2008 no había escasez de medicinas, en 2015 sí. El responsable de que no haya medicinas es el gobierno.
La República canceló más de 60 mil millones de dólares por concepto de compromisos de deuda externa durante los últimos cuatro años. Lo hizo de manera completa y puntual. Venezuela es calificada como el país con mayor índice de riesgo financiero en el mundo.
Quizás el Estado venezolano es muy riesgoso porque cuenta con la principal reserva de petróleo a nivel mundial, la segunda de gas, la de agua dulce, coltán, diamantes, oro y otros recursos más. Tal condición debe implicar mucho riesgo para algunos bancos.
En abril del 2002 los golpistas que disolvieron todos los poderes públicos mediante un decreto que constituye la mayor ofensa a la Constitución Nacional, gritaban emocionados: «Âílibertad y democracia!».
Según la inversión de Curcio, quienes gritaban «Âílibertad y democracia!», en aquella fecha en el Salón Ayacucho del palacio de Miraflores, aprueban hoy el supuesto abandono del cargo del presidente de la República. Son los que hoy gritan «Âíabajo el dictador!», refiriéndose al presidente constitucionalmente electo con la mayoría de los votos del pueblo venezolano. Ante los ojos de algunos, subraya, ellos son los demócratas.
La académica interpreta el sentir de la mayoría, «los venezolanos patriotas, pueblo de paz, insistimos que al revés».
Venezuela: ¿Dónde buscar la verdad?
Por Luis Beatón